Aportación al blog Kame House, en el concurso Blog Sword, donde se buscaba un personaje para el torneo del tercer volumen de Cira Dos Espadas del gran Kenny Ruiz.
Mi personaje es Ghada, el dulce acero de Damasco.
Ghada tiene 27 años y es una bailarina exótica,
especializada en la danza de los siete velos. Aunque su frágil y misteriosa
apariencia esconde un oscuro secreto.
Nació en la capital de Siria, Damasco, en un buen ambiente
familiar, aunque su madre murió al poco de haber nacido ella por una enfermedad
desconocida, desde entonces su padre se hizo cargo de ella. Él mismo la
instruyó en los artes de la espada y el kerambit. Con sólo 13 años desoyó su
primer enemigo, un ladrón que se confió demasiado, infravalorándola por su
dulce apariencia y pretendiendo aprovecharse de su juventud y disfrutar de
generosas formas, cosa que ella no le permitió, ni eso, ni volver a levantarse
jamás.
Al ser mujer en un mundo y complejo tuvo que aprender el
arte de la sutileza. Además de la espada amaba la danza, así que no tardo en
acudir a una escuela, convirtiéndose en una de las más seductoras bailarinas de
Damasco.
Una mañana, un grupo de exploradores entró en la ciudad, sin
contemplaciones, bebidos y henchidos de poder, pensaban tener la ciudad a sus
pies. Uno de ellos se encaprichó de Ghada y trató de agarrarla, fácilmente se
deshizo de él, pero llegaron sus compañeros. Consiguió tumbar a 5 hasta que
consiguieron reducirla. En ese momento llegó su padre, trató de liberarla del
cruel destino que le preparaban los salvajes que la agarraban y desgarraban sus
vestiduras. Luchó con uñas y dientes, pero uno de ellos, el que parecía dirigir
al grupo, era un guerrero preparado y lo derribó en un santiamén, a él por un
lado y su cabeza por el otro. Dejaron ir a Ghana, no sin antes propinarle una
buena paliza dejándola inconsciente junto al cuerpo sin vida y sin cabeza de su
padre, empapándose de su sangre durante una hora. Cuando volvió en sí, con la
sangre de su padre cubriendo su cuerpo, juró que encontraría a esos salvajes
deshaciéndose de todos, uno tras otro.
Para conseguirlo, debía mejorar su técnica de combate, por
tanto unió un grupo de bailarinas y empezaron un viaje sin fin por todos los reinos
e imperios conocidos, a aprender nuevas técnicas de combate y, sobre todo, en
busca de los asesinos de su padre.
Tras varios años en la carretera, puedo acabar con casi
todos los bandidos. Por fin llegó a sus oídos que se celebraba un torneo en España
y que el responsable de arrancarle la vida a su padre participaba en él.
Su venganza iba a estar completada pronto.
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